Habría que encontrar un modo de racionalizar, ponerlos en el freezer e sacándolos cuando el hambre se hace sentir. Tendríamos que poder darles un número a cada uno e ir convocándolos por orden cuando estamos seguras de que el último postulante no cumple los requisitos para el puesto. Deberíamos conseguir que caigan en nuestra vida con cuenta gota, uno a uno.
Lamentablemente las cosas no funcionan así y tenemos que hacer malabares para ordenar la agenda y coordinar tanto evento junto. Nos asaltan las dudas: Cual me gusta más? Cada uno tiene algo, pero con cual me quedo?
La realidad es que nada está librado al azar y todo está fríamente calculado por el destino. Estas rachas responden a una única lógica que permanece oculta: Que gane el mejor!
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